Peter Hammill (1973)

The Silent Corner and the Empty Stage, 1973.         Rock Progresivo

Peter Hammill, uno de los íconos más representativos dentro de la escena del Rock Progresivo más puro desarrollado durante la década de 1970, y uno de los músicos más influyentes e inteligentes de Inglaterra. Tras haber grabado varios discos junto a Nick Pearne, Judge Smith, Guy Evans, Hugh Banton, Nick Potter, Ian Ellis y David Jackson1 bajo el igualmente icónico nombre de Van der Graaf Generator, la agrupación tuvo un importante periodo de recesión en 1971 por distintos factores y habiendo dejado como último trabajo el importantísimo de medidas colosales "Pawn Hearts" antes de que Hammill comenzara a "trabajar por su cuenta" en su tercer y más desulmbrante álbum: "The Silent Corner and the Empty Stage". Antes de entrar de lleno a la reseña sobre el trabajo discográfico de Hammill, quiero hacer énfasis en que el trabajo de Hammill como solista siempre ha causado una importante polémica, pues si bien es sabido que una carrera como solista es tomada en el sentido más literal del solitas, The silent Corner and the Empty Stage es un trabajo en el que todos los miembros del Van der Graaf presente en aquellos años, son partícipes, lo cual ha puesto en duda estupideces como si el disco es parte de la discografía de la banda o no. El apartado solitario de Hammill está definido por la plenitud sobre sus letras y por la predominación de las ideas en cuanto a la composición y estructura del álbum, en estos casos es casi obsoleta la participación de los músicos asistentes.

Estando lo anterior enfatizado, entramos al trabajo de Hammill: bajo una sujestiva y enigmática pintura de Bettina Hohls diseñadora y ex-miembro de Ash Ra Tempel,The silent Corner and the Empty Stage, es sin duda alguna uno de los mejores trabajos discográficos dentro del ambiente del Rock Progresivo mundial y dentro de la carrera de Hammill, si no es que aquí el más importante y elaborado de sus trabajos. Este es sin duda un trabajo sumamente obscuro, continente de composiciones líricas poetizadas, con metáforas complejas, cuestiones melodramáticas de índole filosófica y notable combinación del conocimiento artístico, literario, científico y astronómico, factor característico de Hammill. La fineza en la estructura de las composiciones es notable desde que los primeros acordes de la pieza abridora se sublevan: "Modern" , una de las piezas más enigmáticas del repertorio y una belleza que abre las puertas de la mística atmósfera en la que el álbum se desenvolverá en las piezas venideras. Pasajes musicales que van desde la más bella melodía hasta los trances más inescrutables y perturbadores para el oído, que sin dejar de ser espectaculares seducen a la atención más establecida. La voz de Peter Hammill es otro de los factores que contrastan el misticismo, una voz sumamente brillante y llena de vicisitudes impresionantes, cambios inesperados y un manejo sublime en sus tonalidades. Sin embargo no todo es penumbroso, también son mostrados trabajos más calmos y melódicamente más digeribles, tal es el caso de "Wilhelmina" y "Rubicon" . La ejecución musical e instrumentación (hasta la post-producción) es indiscutiblemente una maravilla. Me parece importante hacer una parada en la pieza que atrapó mi ateneción desde el momento en que la escuché por primera vez: "Red Shift" 2 que por el título alude al fenómeno astronómico del distanciamiento solar, y con el cual curiosamente Hammill hace una interesante mezcla, tomando como referencia el issue fenomenológico, y jugando en primera persona del singular con cuestionamientos filosóficos-existenciales. La instrumentación es enérgicamente ascendente hasta que rompe con una atmósfera serena para volver a entrar con más fuerza, si ya la voz de Hammill es impresionante, en esta pieza se vuelve una calamidad por la cantidad de efectos vibrantes con los que es tratada; un ritmo acabalgado que se muestra agresivo se transporta sobre potentes líneas de bajo que son matizadas por el saxofón de David Jackson, junto al sonido desalineado de una guitarra eléctrica que juega con su dispar; el álbum finaliza con una pieza de 12:00 mins de duración: "A louse is not a Home" , obra cumbre de el álbum.The Silent Corner and the Empty Stage es indudalemente un trabajo épico que debe ser parte de cualquier colección musical de culto, sin importar la afinidad de esta. Y es un trabajo que requiere de de respeto y paciencia para poder digerirlo.

1: No todos los integrantes formaron parte del grupo desde 1968 hasta la 1974 como un conjunto, sino todos formaron parte alguna vez en              
    diferente combinación.

2: Más información sobre el "Red Shift"

Por: Michel Loeza

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